11/29/2014

Un cuento para niños



El otro día la maestra me pidió ir a contarles un cuento a los niños, como parte del programa de educación; yo de eso pido mi limosna! Me encanta porque soy educadora y hace 2 años que ejercí por última vez y además amo todo lo que tenga que ver con mis niñas!!

Me mostró 4 cuentos y elegí uno que tenía una gallina en la portada... lucía cómica; todos los niños estuvieron de acuerdo, excepto mi hija, que quería uno que tenía 3 corazones. No puse atención a los títulos.

Como eran cuentos cortos la maestra nos dio permiso de leer ambos.
El primero se nos fue como agua, nos encantó y todos reímos, luego, tomé el segundo y vi que se llamaba "una familia de corazón"

Lo abrí y comencé a leer... Era un cuento acerca de la adopción. Contaba acerca de una familia y cómo llegaron a casa los 3 hijos, cómo los papás se amaban tanto y anhelaban ver su amor reflejado en un bebé, hablaba de cómo la pareja salía a pasear y por todos lados veían familias con hijos y solo ellos no tenían una familia así y se sentían tan tristes... Se me hizo pasita el corazón, no se cómo hice para contener las lágrimas de recordar cuando estuve así, cuando sentía que las embarazadas me atacaban. No es mi caso, mis hijas no son adoptadas, pero el inicio de la historia me hizo revivir sentimientos que creí que formaban parte del pasado.

Seguí con el cuento, explicaba que cada familia era diferente, pero esa era muy especial porque sus 3 hijos habían llegado a casa de una forma distinta y hermosa, en un momento perfecto... Vi como se iluminaba la carita de Diana y entendí que ella quería ese cuento porque nuestra familia también es especial

Muchas veces le he contado el cuento de la mamá que no tenía bebés y fue con el doctor que le puso una semillita en su vientre, etc, etc. Es su cuento favorito y cuando lo escuchan (las 2) lo repito al menos 3 veces.

Ella sabe que es una niña especial y que vivió 5 años en mi corazón antes de llegar a mi vientre y saltar a mis brazos, que eso la hace diferente y especial.


Al terminar el cuento, sentí el enorme deseo de correr entre los niños y abrazarla fuerte, decirle una vez más (como cada día) lo mucho que la amo, lo especial que es en nuestras vidas y lo mucho que le agradezco que me hiciera mamá... No lo hice en ese momento, pero cuando fui a recogerla si.

Se que nunca seremos una familia normal, que Dios nos hizo una familia especial y es lo que amamos de nuestra familia.